Si me quieres conocer, no hay
mucho que buscar.
Soy letras rotas, nostalgias de
otros tiempos, una espera infinita por el futuro, una creencia quebrantada del
amor.
Soy mil pedacitos mal armados de
lo que fue mi padre y muchos de los prejuicios de mi madre.
Soy todas las cosas que no puedo aclarar en mi cabeza y un montón de sueños que no quiero cumplir.
Soy un manojo de intolerancia, un corazón lleno de ansias e incertidumbre.
Soy un poco de todos los
lugares en los que he estado, pero casi nada de la gente que he conocido.
Hablo mucho cuando no tengo nada
que decir y me quedo callada cuando las palabras desesperan por ser gritadas.
Siempre pido disculpas, pero casi nunca realmente lo siento. Qué sería de mí sin todos mis errores.
Conozco y acepto cada uno de mis defectos, pero tengo problemas para reconocer mis virtudes.
No soy las personas que me
rodean y reniego de mi familia.
Busqué incansablemente pertenecer a un lugar y me resigné a aceptar que tal lugar, no existe.
Busqué incansablemente pertenecer a una persona y me resigné a aceptar que tal vez nunca aparezca.
Soy todos mis logros, que nunca han sido aplaudidos.
Desde muy temprano aprendí a perder, pero me sigue doliendo.
A pesar de todo, todavía creo en la felicidad y creo que debe ser muy parecida a la música.
Si me quieres conocer y si algún día
lo haces, cuéntame tú quién soy yo, porque aún no lo entiendo.