Hace mucho que no me confieso, de quién realmente soy, porque cada día lo sé menos.
Este año ha sido una transformación
Y este post, se llama Montmartre, porque ese lugar, es el único en el que puedo confiar, de que si regreso ahí voy a estar. Esa yo que queria conocer el mundo, esa yo que no le importaban las estrellas de los hoteles, esa yo que creía en el amor, que le brillaban los ojos, esa yo que ahora está tan lejos.
A veces llega el amor, se va la inspiración y ruegas por que ella no regrese.
Pero ya ves, corazón, aquí está de vuelta.
Me perdí en un túnel con muchas salidas, por decidir no tomar ninguna. Dejé adentro quién yo realmente era, para meterme en el papel de alguien mejor. Y me volví una versión distorsionada de la imagen del espejo que quise negar, pero supongo, eso no es mejorar.
Y aquí estoy de nuevo, rodeada de personas y más sola que aquella noche en el hostal en Montmartre. Después de años de perseguir una vida vacía, sigo en la misma lucha por alcanzarla. Me sigo negando, incansablemente.
Ya lo siento volver, implacable el desamor, que hasta ayer fue paciente.
*en mi última visita a París (abril/2012) decidí quedarme en un hostal en Montmartre. Pasé días muy bonitos, pero no se por qué, las noches fueron muy tristes. Supongo que fue esa nostalgia que a veces te da París cuando no estás enamorado.