Andrés me trajo de vuelta a la Tierra con un sermón al oído: “Vengan para acá, estas ebria, vamos a comer algo. Estoy harto de que sean así, nunca me puedo divertir si me tengo que dedicar a cuidarlas de los tipos y tratar de que se vean sobrias antes de llevarlas a su casa…blablablablabla”. Él nos ama y no puede evitarlo, la amistad es el mejor tipo de amor.
Siguiente escena, Fabio mi ex-(interés) all over Dana y yo completamente argentinizada. No podía dejar de verlo, él no podía dejar de verme a mi, era cómo hablaba, todo lo que decía era interesante, o tal vez solo a mí me parecía interesante! Le dije que si no paraba de fumar yo paraba de besarlo. Él no paró, yo tampoco.
El tiempo pasó tan rápido, pero no pasaba. Luego me percaté de que no sabía su nombre, debía saberlo si pretendía que mis hijos lleven su apellido!! “A todo esto, cómo te llamas?”, “Lucas y vos?”, “Camila”, “vení Camila, tu hermano está que me mira mal pero yo(sho) no quiero sacarte las manos de encima”. Andrés en su intento fallido de “cuidarme” le dijo que era mi hermano para que el argentino no trate de llevarme a “pasar la noche”.
Quisiera recordar mejor cómo me metí dentro de su abrigo, sus palabras, cómo pude sentir esas cosas por un completo desconocido que olía tan bien oliendo a cigarrillo, solo él podía. Insistía en que nos vayamos y no me molestaba que lo haga, pero sus intentos eran fallidos, jamás lo iba a lograr. “Nena, no seas pendeja, vamos, pasá la noche conmigo, estoy que me muero por vos y vos te morís por mi”, “No, no voy a ir, se acabó”, “Pero qué decís? Si vos querés, yo quiero, pará de hacerte la difícil”. Esa frase normalmente hubiera logrado una de mis famosas descargas de rabia, pero él podía salirse con la suya. “No seas tonta, vení, estoy bromeando, pará, pará, vení, ya(sha) no insisto, solo besame, no pares”. Entre todo eso, empezó a amanecer, ya teníamos que irnos, estábamos acabados. Andrés y Belén no podían más, después de todo nos habían aguantado esa maratón solo por ser buenos amigos, hacía un frío terrible y aunque no fumaban se acabaron una cajetilla cada uno con la esperanza de que les de un poco de calor, pero no estaba funcionando. Fabio ya le había propuesto matrimonio a Dana, dos veces! Estaba enamorado, ella como siempre logra ese efecto “taradez” en los hombres, ídola.
Lucas me decía que tenía que volverme a ver. Dana, con los sentidos más despiertos que yo, les dio dirección del departamento y nuestros correos electrónicos. Yo no sé qué estaba pensando, solo le dije que me busque, como si estuviera en una película, pero sabía que me iba a encontrar… Yo le decía a Belén: ESTO ES AMOOOOOORRRRRRRRRRRR, ella lo creía.
3 horas de sueño después, un chuchaqui horrible y olor a alcohol barato, algo me decía que esa noche no había sido un sueño. “Dana yo le dije a Lucas que venga a las 11am, tú crees que vengan?” “Quién es Lucas?”. Fuck fue un sueño, pensé, damn!. Entró Belén riéndose, “oshe pendeja, dame un beso”. “Woooow no fue un sueño!”. No van a venir, pensé, son unos fuckin’ hippies, seguramente hacen eso todas las noches y no se van a levantar temprano para vernos a nosotras. Pero a sorpresa de todos, especialmente la mía, me equivoqué.
Esa mañana habíamos prometido a los amigos de Belén, dueños del depa, salir a desayunar y a turisquear con ellos. No teníamos escapatoria, no podíamos ser mal agradecidos (según Dana y sus reflexiones humanitarias).
Mientras íbamos en el carro para recoger a John y asegurarnos de que seguía con vida, los vi caminar buscando la dirección. “Para Andrés paraaaa ahí están Lucas y Fabio! Para damn, para mother fucker! Por qué no paras Andrés?”, Dana gritaba lo mismo. “No puedo parar, par de taradas, no ven que voy siguiendo el carro de Andrea, si paramos me voy a perder porque ellos no se van a dar cuenta. Mierda ya me hicieron perder, ya no los veo!”. “Andrés mierdaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa para, es el amor de mi vida!!” Siempre yo, exagerada como nadie y over-dramatic. “Ya no podemos regresar, estamos muy lejos”. La peor mañana de mi vida, solo me preguntaba cuándo #$%& íbamos a regresar.
5 pm de regreso al departamento. En la recepción una nota que aún guardo en mi billetera: “Las esperamos hasta las 4.30 fue una pena no encontrarnos, besos, Lucas”. No teléfono, no dirección de hotel, no nada! Ok estaba lista para regresar a Guayaquil y odiaba Quito.
Guayaquil, lunes 10am en la oficina, una hora tarde. Lo primero que vi en mi compu fue un request del Messenger: “Hola nena”. Infarto. Celular. “Dana: Te-vas-a-morir”, “Tú te vas a morir, adivina quién me agregó al MSN!”. Al unísono: “oh-my.GOd”.
#&% says:
como estas?
no me esperaste
Quito!! Increíble!!! says:
bien
si te espere
te vi
y no pudimos parar
y no pude regresar tampoco
larga historia...
donde estas?
#&% says:
en cali
llegue ayer
que cagada
me acuerdo
de vos, tu olor, tu cara y tu forma de hablar
me encanta
Quito!! Increíble!!! says:
regresa xq quiero verte
#&% says:
si a vos te parece
regreso y me quedo una semana con vos
Quito!! Increible!!! says:
en serio??????????
#&% says:
si pendeja, no te miento
Quito!! Increible!!! says:
no me digas pendeja, q todos mis amigos me joden por eso
#&% says:
jaja
pero es lindo pendeja
18 horas en bus más tarde desde Cali, regresó con Fabio y fueron 5 días argentinos que nunca voy a olvidar. La parte más difícil fue dejarlo ir, no involucrarme.
Lucas, you left the sweetest taste in my mouth*
Dedicado a Nadya, Gary, Kathy y Max, son ustedes quienes me recuerdan que esta noche no fue imaginaria.
*Hardest Part / Coldplay – “And the hardest part was letting go, not taking part”
1 comentario:
jajaajajaj me has hecho reir... ese Andrés si q no cambia... mas pendejo.. yo hubiera cogido el volante o no ya se.. me bajaba del carro de ley jajaja
PENDEJA!!!
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