Entre todos los ir y venir, las vueltas en mi cabeza.
Entre todas las despedidas, preguntas y promesas.
Entre mis risas y tus halagos, y el fragolino helado.
Entre mis atrasos y tus reproches, tus besos y mis derroches.
Entre todo lo que perdimos y no sabemos si queremos recuperar.
Quedan nada más que miradas perdidas, respuestas no pedidas, lágrimas sin secar.
Quedan las bufandas olvidadas, tu olor, los libros sobre Praga.
Quedamos los dos, desnudos de cuerpo y alma.
Queda la nada y el adiós.
El que siempre sabe llegar.
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