Ya no es tan fácil mirarte a los ojos, como lo era antes. Solía perderme en ese azul intenso que se encogía cuando sonreías. No sé lo que pasó, no recuerdo el día en que todo se echó a perder y probablemente tú tampoco.
Tal vez aún había esperanza en ese abrazo mal dado antes de que te vayas. En ese que te di fingiendo desgano, mirando a otro lado, mientras tú agachabas la cabeza. No puedo regresar al tiempo, hacerlo bien, acompañarlo con un beso, decirte cuánto te iba a extrañar. Es tarde, incluso para mis excusas cobardes.
Recuerdas todavía estar pendiente de mí, o los paseos para mirar las estrellas desaparecidas, de cuando pasabas tu dedo por mi cara y decías "qué linda"?
Yo lo recuerdo, todos los días, por los dos, para que tú no necesites hacerlo.
Mientras se van esos recuerdos, seguiré estando a tu lado, ya sin tomarnos la mano.
Aún guardando todos los "te quiero".
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