A veces sonrío ingenuamente ante mis pensamientos, trato de imaginarte cerca, es que este silencio es tan obvio, que me enfrenta directamente a los temores de tu ausencia, tan solo como para confundir compañía, dispuesto a aceptar bombones cuando muero por el tequila.
Es cierto que te pienso con enojo e inmediatamente después me obligo a disculparte, de estos días sin lunas llenas, busco desesperadamente una sonrisa tanto que la confundo con una mueca, sinceramente no quiero compañía y me tienes aquí drogado de soledad, vendiendo mi estadía, queriendo arropar mis sueños que hoy son solo quimeras, queriendo borrar con fuerza las huellas de nuestros sueños; tuyos por forjarlos a punta de ilusiones y míos por pendejo.
Solo con mi nostalgia a cuestas, llevo a la cama perfumes que no me hablan de amor, solo como para conformarme con tan poco que a veces me invento historias que debo venderme para no morir, busco entre letras que algún día recuerdes mi instinto y llegues aquí, bebo para no olvidar.
Demasiado solo como para caminar sobre otros pasos, los planes de amor son solo novelas, es preciso aceptar que todo ha pasado, que de aquella flor ya nada queda.
De aquellas veces en las que necesito un abrazo, me vendo un sueño nuevo, me acompaño de ruido y confieso que simplemente soy diferente, es el mundo el que no me entiende, luego me veo y me sigues haciendo falta, es vivir con tiempo alquilado, es morir en cada parpadeo, no encuentro satisfacción interna, me convierto en un producto de consumo con pronta fecha de expiración.
Miguel Medina
Collage Disfuncional
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