domingo, 24 de noviembre de 2013

Hasta que las memorias se extingan

A veces te extraño.
Luego recuerdo que por cada memoria buena,
encuentro diez momentos malos, a tu lado.
Entonces te odio.

A veces también te perdono y,
aunque me cuesta aún más, yo también
me perdono, por haber callado,
durante tanto tiempo.

Algunos días no vienes a mi cabeza,
y otros parece que no quieres salir.
Entonces intento matarte, llenándome de rabia.
Nunca funciona, soy la única que muere un poco.

Algunas noches cierro los ojos y
me imagino otra vez a tu lado, porque no creo
que exista otro lugar donde me vuelva a sentir tan segura,
como en tu pecho.

Imagino tus besos y aquellos tiempos cuando me querías.
Entonces me odio.
Y eso no me perdono.

Muchas veces lloro, muchas veces grito.
Muchas veces me ahogo.
Pocas veces sonrío y trato de ser optimista.
Pocas veces realmente creo que voy a salir de este infierno.

El único deseo constante que tengo
es el de cerrar los ojos y dormir para siempre.
O al menos, hasta que las memorias se extingan. 

viernes, 1 de noviembre de 2013

Un rayo de sol

Es raro todo esto, es hasta tonto.
El martes fue uno de los peores días de mi vida, no sé, dolía tanto que fue difícil levantarme de la cama, pero lo hice, como siempre.
Cuando tratas de olvidar algo, con tanta fuerza, es en lo que más piensas.
Es estúpido, tener tantas cosas en qué pesar, pero decidirte por lo que más te hace daño. Y te creas todas las películas en tu cabeza, con todos los escenarios posibles y al final solo se queda contigo la rabia, la rabia de que no pase nada, de las malas decisiones, de haber entregado todo y haberte quedado sin nada.

Pero el miércoles todo cambió, al menos por un momento. El miércoles sonreí tanto que desaparecieron las sombras.
Siempre llega a mi vida, ese rayo de sol, cuando más lo necesito.
Y es exactamente eso, solo una luz, que sabes que se va a apagar pronto, pero que te da el calor que necesitas cuando más lo necesitas y te devuelve la vida.

Hablamos por horas y por momentos callamos. Y tomé mucho vino, que me hizo reír más todavía. Aferrados a detener el tiempo, por ratos casi lo logramos. Y hablamos más, sobre viajes, sobre planes y sobre música, ohh cómo amo hablar sobre música, hace tanto que no lo hacía. Le conté que a veces lloro escuchando Bohemian Rhapsody* y se puso triste de imaginarlo. Le hablé también sobre cómo es fin de año en Ecuador y me dijo: “Qué salvajes”... Exacto. En un rato recuerdo haberle dicho: “De que hablas? Tú no sabes lo que es ser Sudamericano, con tu pasaporte chileno y tus ojitos azules” y de pronto una carcajada.

Tuve que detener esa montaña rusa y dije que tenía que irme, como si fuese cierto.  Aparentó que no lo entendía, pero lo supo bien.
Antes de dormir, vi su mensaje.
Me hizo recordar quién era yo, antes de que me apagara. Con tanta vida, con esas ganas de burlarme del mundo. Necesitaba tanto volverme a sentir “linda”.


*"I'm just a poor boy nobody loves me"
Bohemian Rhapsody
Queen

miércoles, 30 de octubre de 2013

Debes saber

Ni siquiera tengo ganas de escribir sobre ti o sobre tus desplantes, sólo me traería recuerdos del desamor que ocultaste con aquellos ruegos vacíos de verdad.

No me he dado el tiempo del borrar las fotos, tal vez, porque no quiero ver de nuevo esos buenos momentos que duraron tan poco.

A veces pienso en tirar todos esos portaretratos,  pero no lo hago, solamente porque no tengo aún con qué llenar esos pequeños espacios que quedarían vacíos.

Y debes saber, que si no borro todavía tus mensajes, es para no olvidar todas las razones por las que te pedí que te vayas.

Si  todavía tengo lágrimas, no vayas a pensar que es por extrañarte, es porque, a pesar de todo, aún siento.

jueves, 15 de agosto de 2013

Resignación

Es la primera vez que te extraño sin poder decírtelo.
La primera y la última.
Estuve a miles de kilómetros de tu amor y siempre lo sentí tan cerca.
Ahora estamos en la misma pequeña ciudad y nunca habíamos estado tan lejos.
Es la primera vez que te extraño tanto, corazón.
La primera y la última.

sábado, 29 de junio de 2013

Te quiero a las diez de la mañana


"Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente, con la mitad del odio que guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya, mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro, y los dos desaparecemos un instante, nos metemos en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre o sueño.

Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves. ¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?"

Jaime Sabines

A veces no entiendo por qué te quiero, si me has acostumbrado a vivir de tan poco.

martes, 5 de marzo de 2013

Espejismo

Corría con todas sus fuerzas, incansablemente, como si tuviese que alcanzar el último tren que partía a casa.

De un momento a otro se estrelló contra un vidrio transparente, irrompible.

Cayó fuertemente al piso, luego de unos segundos notó que tenía sangre en su frente.

No tenía idea de lo que había pasado, ¿De dónde salió este vidrio?, ¿Por qué no pude verlo?. Se preguntaba.

Todo daba vueltas. Alrededor había mucha gente mirando, gente que había visto antes, pero nadie la ayudaba.

Se dio cuenta que se habían caído todas las cosas de su bolso. Se sintió muy avergonzada.

Se levantó sola, casi sin fuerzas, adolorida.

Recogió del piso lo que se había caído:  la paciencia, la entrega, el perdón, el amor. Ya no servían para nada, todo estaba completamente destruido, los guardó de todas formas para tener recuerdos.

Dio la espalda a la pared de vidrio,detrás de la que no veía nada. Ella no podía recordar por qué corría, pero me dijeron que iba detrás de lo que prometía ser la felicidad. Y de ella, puedo creerlo.

domingo, 3 de marzo de 2013

Mañana tampoco

Hoy estoy quebrada, irreparable, vacía, triste, sola, desesperanzada, llena de miedo, hoy no soy nadie.
Hoy cruzo las manos mirando hacia arriba y pido fuerzas.

Estoy incompleta, desmembrada, abrumada, impaciente, desconcertada.
Hoy quisiera tener respuestas.

Hoy no tengo ganas, ni fuerzas, pero no lloro.
No lloro y no me arrepiento de ser quien soy.

Hoy, aunque me des la espalda, pisando todo lo que fuimos, no voy a llorar por ti.
Y mañana tampoco.

viernes, 22 de febrero de 2013

Estoy en desventaja

Amor,
Quiero una tregua, un cese a esta guerra, porque todo lo que eres me pone en desventaja.
En mis manos no hay nada. Sólo me queda demostrarte todo lo que siento, que espero que no sea mucho y espero que no sea poco.
Amor,
No quiero perder esto.
Eres la única alegría de mis mañanas, los sueños que espero por las noches, todos los pensamientos de mis madrugadas.
Amor,
Quédate más tiempo, no te vayas.
No quiero sentirte lejos.
Amor,
Cada día son más fuertes estos sentimientos.
Cada día tengo más miedo y más ganas de arriesgarlo todo.
Amor,
Debes saber que son muchas las cosas que callo.
Para no abrumarte con todo lo que soy, te doy sólo un poco de mí cada día.
Amor,
Vámonos de este mundo.
Eres tú lo único que quiero a mi lado.
Eres tú, lo único.
Pero estoy en desventaja.

Una tostada integral y un jugo de zanahoria

Hay noches en las que al acostarme en mi cama no quiero pensar en nada importante para así poder dormir.

Hay mañanas, luego de esas noches, en las que esos pensamientos de los que huyo se vuelven inclementes y ya no hay escape.

Una tostada integral y un jugo de zanahoria no ayudan a alegrar esas mañanas, ni tampoco a sentirme mejor conmigo misma.

Es el luchar diario por mantener un trabajo que sólo da dinero, es un luchar diario por ser cordial con los amigos, es un luchar diario por mantener a la familia contenta, es un luchar diario para demostrar amor y para ganármelo.

Todos los días son una lucha.

Para nosotros, a quienes las cosas no nos vienen fáciles y tenemos la necesidad imperante de tomar todo por el lado negativo y para quienes el optimismo y la felicidad no nos sientan muy bien, la lucha no sólo nos cansa, nos mata poco a poco. 

Dejar todo es un sueño cada día más lejano, peor aún cuando amarras tu corazón a un puerto inseguro y ruegas todas las mañanas que no llegue una tormenta.

Si me preguntas qué quiero ahora, en este preciso momento, es estar mirando al cielo y no tener que ganarme nada, quiero no tener que luchar por nada, quiero tener a alguien que luche por mí. Al menos por un día quiero solamente mirar el cielo y sentirme segura.

¿Lo hice bien?

jueves, 31 de enero de 2013

Ojalá

Ojalá papá, que esta vida se sienta corta, que estos años que están por venir se pasen como días.

Ojalá papá, que el momento de vernos llegue pronto y dure lo que dura la eternidad.

Es hora ya de que se acabe esta vida que no es vida, este amor que sólo trae desilusión, este trabajo que no me llena, esta familia que desconozco y estos amigos siempre ausentes.

Ojalá papá, que se callen todas estas voces pronto y que se sequen estas lágrimas.

Ojalá papá, que este sea el último día que al abrir mis ojos, no escuche a lo lejos tu voz.

domingo, 6 de enero de 2013

Esto es todo lo que sé de mí...

Si me quieres conocer, no hay mucho que buscar.
Soy letras rotas, nostalgias de otros tiempos, una espera infinita por el futuro, una creencia quebrantada del amor.
Soy mil pedacitos mal armados de lo que fue mi padre y muchos de los prejuicios de mi madre.
Soy todas las cosas que no puedo aclarar en mi cabeza y un montón de sueños que no quiero cumplir.
Soy un manojo de intolerancia, un corazón lleno de ansias e incertidumbre. 
Soy un poco de todos los lugares en los que he estado, pero casi nada de la gente que he conocido.
Hablo mucho cuando no tengo nada que decir y me quedo callada cuando las palabras desesperan por ser gritadas. 
Siempre pido disculpas, pero casi nunca realmente lo siento. Qué sería de mí sin todos mis errores.
Conozco y acepto cada uno de mis defectos, pero tengo problemas para reconocer mis virtudes.
No soy las personas que me rodean y reniego de mi familia. 
Busqué incansablemente pertenecer a un lugar y me resigné a aceptar que tal lugar, no existe.
Busqué incansablemente pertenecer a una persona y me resigné a aceptar que tal vez nunca aparezca.
Soy todos mis logros, que nunca han sido aplaudidos.
Desde muy temprano aprendí a perder, pero me sigue doliendo.
A pesar de todo, todavía creo en la felicidad y creo que debe ser muy parecida a la música.
Si me quieres conocer y si algún día lo haces, cuéntame tú quién soy yo, porque aún no lo entiendo.