Este post que solo tú entenderás, es para decirte que ese día llegará…
Te conocí una tarde en la que el aire solo me traía desesperanza.
Me llenaste de historias de un mundo que no podría haber visto ni en sueños, de besos que se sentían como mil maripositas de colores en mi cuello y de abrazos que me regresaban a vidas pasadas.
Me perdí en tu risa y te hice promesas. Me cantaste canciones y me escribiste poemas. Cada uno de mis atardeceres fue tuyo y el sol se levantaba en mis días sólo cuando así tú lo decidías. Tu mal humor me dejaba esperando en una lluvia inglesa*.
Me enamoré de tu ironía, de tu desamor por la vida, de tu discurso apasionado, de tu odio por la ignorancia, de tu no saber qué hacer con los días.
Pasamos juntos muchas tardes caramelo y nunca dejamos que sepan lo nuestro. Era un secreto de terciopelo, dentro un cofrecito que guardaba el mar de oriente, lucecitas verdes y mentiras transparentes. Fue inmaculado, perfecto, profundo y por un instante, eterno.
Hablé de envejecer juntos mientras tú reías y mirabas desorientado. Qué podías saber del futuro, si no tenías pasado.
Se fue el tiempo lento y dulce viéndonos lejos y dije que te quería, esa vez no intentaste detenerme.
Te dejé ir muchas veces engañada por colores simples, quise también que tú seas libre. Pero en el momento justo, en el instante preciso, cuando mi corazón se ahogaba, tú regresabas.
Ya sé que odias mis ataduras, a las que sueles llamar como mi cobardía. Pero hoy libre de ella, te confieso que aún te quiero, de una forma inexplicable, como nunca a nadie, porque a ti te entiendo.
Son ya 3 años de conocerte, cada rincón, cada reclamo, cada matiz de tus ojos verdes.
No me interesa si estás aquí o en la luna, escucho tus suspiros con más claridad que los sonidos grises de esta ciudad.
Escribí 20 posts sobre esta historia, todos con ansias ocultas de verte, en cada parte del mundo, en cada una de nuestras caídas, en cada una de nuestras pocas alegrías.
Borré muchos finales tristes a esta historia, porque simplemente no tenían sentido. Tú y yo, no nos acabaremos nunca, esto es un nosotros.
Hoy todos los momentos son de colores. Hoy te vi, hoy te escuché y aunque no pude tocarte, te sentí y volviste a mover mi corazón.
Ya no lo niegues, sé que estás impaciente. Y es que Turquía, tiene que ser en esta vida!
… Y si no es en esta, me dirás, de qué color serán tus ojos en la siguiente, yo los saldré a buscar…
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